Abencia Meza fue condenada a 30 años de prisión por el asesinato de Alicia Delgado. Pese a que clamó inocencia y juró haber sentido un inmenso amor por la ‘Princesa del folclor’, la justicia no creyó en sus palabras y la halló culpable. La ‘Reina de las parranditas’ ahora llora. Aquel romance que duró nueve años y estuvo marcado por la desdicha, maltratos, golpes, infortunios, que solo la muerte logró apagar, quedó en el recuerdo.
“Compartimos muchas cosas hermosas y ese recuerdo se va a quedar ahí, y eso no muere. El amor no muere, sigue latente. Porque el amor de nueve años no muere”. Estas fueron las palabras de Abencia durante el juicio oral por el crimen a Alicia Delgado.
EL INICIO DEL ROMANCE
Fue un amor a primera vista. A dos días de conocerse en un concierto vernacular, Delgado y Meza se hicieron pareja, poco tiempo después iniciaron una vida juntas. Como generalmente pasa, la convivencia sacó a relucir el verdadero carácter de ambas, dando paso a los primeros enfrentamientos y conflictos en la pareja.
Alicia nunca aceptó en público lo que en privado era ‘vox populi’ (que eran pareja), por el contrario, siempre dijo tener pretendientes y novios menores que ella. Pese a ello seguían juntas.
GOLPES Y MALTRATOS
Se veía venir. Un buen día, Alicia rompió su silencio. Denunció a Abencia por maltrato físico y sicológico. Lamentó además, haberle entregado su confianza y cariño.
La separación llegó. La polémica relación que con el paso de los días se tornaba más violenta, culminó. La pareja se desvinculó, pero solo por poco tiempo.
“Cuando tomaba licor, a la señora se le cruzaban los chicotes. Me hacía problemas y por eso nos separamos tres meses. En ese tiempo entablé una relación con Clarissa Delgado (hermana de la finada)”, señaló Meza.
Más adelante, la ‘reina de las parranditas’ acusó a Alicia Delgado de haber sido una persona “ambiciosa” y, de alguna forma, “envidiosa”. “Nadie la reconocía a Alicia. A mí me saludaban por la calle y a ella no. Ella recién estaba siendo conocida. Era ambiciosa”, apuntó Abencia.
LA INFIDELIDAD LLEGÓ
La relación nunca volvió a ser la misma. El amor parecía haberse esfumado para dar paso a la infidelidad y el desamor. Mientras Abencia acusaba a Alicia de haberse involucrado sentimentalmente con el arpista Miguel Salas, la ‘Princesa del folclor’ aseguraba que la ‘Reina de las parranditas’ mantenía relaciones amorosas con más de una mujer (una de ellas –se dijo- era Zundy Culquimboz).
“Si hubiese tenido un sentimiento de venganza no le hubiese dado lo que di. Yo la hice grande (a Alicia), la hice reina y princesa porque nació dentro de mí”, comentó alguna vez Abencia, en respuesta a las declaraciones que la responsabilizaban de la muerte de la desaparecida cantante.
El 17 de junio de 2009, en el sauna San Silvestre, las intérpretes vernaculares se vieron las caras por última vez. “La señora llegó y me arranchó mis dos celulares (un nextel y un doble chip). Me dijo: ‘con qué perra estás en el sauna’. Es fue la última vez que la vi”, relató Abencia.
Desde ese día, sus miradas no volvieron a cruzarse. El lazo de amor que las tenía atadas se rompió. El amor se convirtió en odio. Los celos pudieron más. Traspasaron la barrera de la razón y la conciencia. Abencia, según la justicia, mandó matar a Alicia, mandó cegar la vida -de forma brutal y despiadada- de la mujer que tantas veces dijo amar
En esta cárcel no solo se encuentra Flores Hala, también está su principal mentor: el sanguinario terrorista Abimael Guzmán, fundador de Sendero. Las celdas de la Base Naval alojan, además, al antiguo número 2 senderista Óscar Ramírez Durand ‘Feliciano’ y al emerretista Víctor Polay Campos. 
