Lima -
Conmoción y repudio causó el asesinato de tres efectivos policiales y dos civiles en Jaén, Cajamarca. La comisaría de Santa Rosa de Yunga se convirtió en la tumba de tres agentes, una joven y un menor, quienes fueron salvajemente asesinados por cinco hampones que ingresaron a esa dependencia con pasamontañas, chalecos antibalas y armas de guerra. El propósito era robar el armamento que se encontraba en el lugar.
Las víctimas son los suboficiales Armando Barrantes Hurtado (comisario), José Víctor Vásquez Cubas y Nilton Joel Tondoypan Castañeda. También la ciudadana Noira Callirgos Suárez (20), esposa de uno de ellos, y Daniel Barrantes Guerrero (13), hijo del primero de los citados.
EL ASALTO. A las 22.30 horas del último domingo, los hampones se acercaron a la citada dependencia. Cuando pretendían ingresar, fueron repelidos por Barrantes, a quien lograron reducir debido a la superioridad numérica.
Luego ingresaron y hallaron en su lecho a los otros integrantes de la comisaría, a quienes, tras maniatarlos, procedieron a exigirles todo el armamento que había en el lugar.
Igual suerte corrieron los civiles, que también fueron amarrados, al parecer en sus camas.
Cuando consiguieron su objetivo, con sangre fría y ferocidad procedieron a dispararles en la cabeza uno a uno. Luego se dieron a la fuga.
Los sujetos se llevaron un fusil AKM, un fusil G3 HK, cuatro pistolas de puño, chalecos antibalas y municiones.
REPUDIO. Horas después llegaron al lugar el ministro del Interior, Daniel Lozada Casapia, y el director de la Policía Nacional, general Raúl Salazar Salazar, con un contingente de fuerzas combinadas de la Policía. El primero ordenó la búsqueda y captura de los delincuentes a un equipo especial conformado por personal de la Dirección de Criminalística (Dirincri) y la Dirección contra el Terrorismo (Dircote), que procedió de inmediato al recojo de muestras y evidencias, así como al interrogatorio a testigos.
"Haremos justicia y capturaremos a los responsables de este crimen", expresó el ministro al centenar de pobladores que se congregó en los exteriores del local policial asaltado, tras inspeccionar la escena del crimen.
Descartó, al mismo tiempo, que la mujer asesinada haya estado embarazada.
Raúl Salazar, a su turno, señaló que el titular del Interior dispuso la remodelación e implementación de la comisaría, incrementar de cuatro a diez el número de efectivos policiales, así como la incorporación de un patrullero.
Desde Santa Rosa de la Yunga, Lozada Casapia se trasladó a Utcubamba (Bagua Grande, en Amazonas), donde visitó el local de la División Médico Legal y expresó sus condolencias a los deudos, a quienes aseguró que todos los beneficios que les correspondan serán entregados oportunamente.
Se cubrirán, entre otros, los gastos de sepelio, se otorgará una pensión de orfandad, el pago del seguro de vida de los fallecidos y un fondo de retiro.
Las víctimas son los suboficiales Armando Barrantes Hurtado (comisario), José Víctor Vásquez Cubas y Nilton Joel Tondoypan Castañeda. También la ciudadana Noira Callirgos Suárez (20), esposa de uno de ellos, y Daniel Barrantes Guerrero (13), hijo del primero de los citados.
EL ASALTO. A las 22.30 horas del último domingo, los hampones se acercaron a la citada dependencia. Cuando pretendían ingresar, fueron repelidos por Barrantes, a quien lograron reducir debido a la superioridad numérica.
Luego ingresaron y hallaron en su lecho a los otros integrantes de la comisaría, a quienes, tras maniatarlos, procedieron a exigirles todo el armamento que había en el lugar.
Igual suerte corrieron los civiles, que también fueron amarrados, al parecer en sus camas.
Cuando consiguieron su objetivo, con sangre fría y ferocidad procedieron a dispararles en la cabeza uno a uno. Luego se dieron a la fuga.
Los sujetos se llevaron un fusil AKM, un fusil G3 HK, cuatro pistolas de puño, chalecos antibalas y municiones.
REPUDIO. Horas después llegaron al lugar el ministro del Interior, Daniel Lozada Casapia, y el director de la Policía Nacional, general Raúl Salazar Salazar, con un contingente de fuerzas combinadas de la Policía. El primero ordenó la búsqueda y captura de los delincuentes a un equipo especial conformado por personal de la Dirección de Criminalística (Dirincri) y la Dirección contra el Terrorismo (Dircote), que procedió de inmediato al recojo de muestras y evidencias, así como al interrogatorio a testigos.
"Haremos justicia y capturaremos a los responsables de este crimen", expresó el ministro al centenar de pobladores que se congregó en los exteriores del local policial asaltado, tras inspeccionar la escena del crimen.
Descartó, al mismo tiempo, que la mujer asesinada haya estado embarazada.
Raúl Salazar, a su turno, señaló que el titular del Interior dispuso la remodelación e implementación de la comisaría, incrementar de cuatro a diez el número de efectivos policiales, así como la incorporación de un patrullero.
Desde Santa Rosa de la Yunga, Lozada Casapia se trasladó a Utcubamba (Bagua Grande, en Amazonas), donde visitó el local de la División Médico Legal y expresó sus condolencias a los deudos, a quienes aseguró que todos los beneficios que les correspondan serán entregados oportunamente.
Se cubrirán, entre otros, los gastos de sepelio, se otorgará una pensión de orfandad, el pago del seguro de vida de los fallecidos y un fondo de retiro.
El ministro ordenó el inmediato traslado de los cadáveres a sus zonas de origen para su cristiana sepultura. Tres de ellos fueron trasladados a Jaén y dos a Chiclayo.
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